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domingo, 5 de diciembre de 2010

Nunca te dejé de querer

Te quise desde que mi hermana te presentó a la familia, desde que nuestras miradas se conectaron en esa chispa de pasión como aquella frase cursi de amor a primera vista. Mientras Sofía, mi hermana, no se enteraba de lo nuestro, nosotros nos veíamos seguido, salíamos, íbamos a aquel cine donde supimos que debíamos besarnos pero, sin embargo, no lo hicimos. Me llevabas a ese parque donde me robabas sonrisas con tu graciosa simpatía mientras mi hermana creía que estudiabas.


Y cómo olvidar los momentos felices que pasamos juntos, las cuales me hicieron quererte más y más. Y aún me acuerdo que una vez me cantaste la canción que compusiste para mí, y esos mil poemas de los cuales me leíste solo quince. Nunca olvidaré lo feliz que fui contigo y la enamorada que estaba y que aún lo estoy. Fuiste el amor que me inquietaba de noche y me enamoraba de día.

Y, yo, nunca te dejé de querer, aun cuando Sofi lloraba desconsolada en mi cuarto; arrodillada me expresaba que tú la engañabas. Mi hermanita mayor en medio de llanto me mostraba esas fotos que unos amigos suyos te habían tomado en el parque donde me llevabas. Pero aun así no te dejo de querer, aun cuando engañabas a mi hermana conmigo; y a mí, con otra.